Las desigualdades del asma persisten debido a una variedad de factores ambientales



Nota del editor: Esta es la primera parte de una serie acerca de la prevalencia del asma y las disparidades en el diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. Comparta su experiencia con el asma en Myrecordjournal.com/Voices.

Cuando era niña, Aracelis Santos Torres nunca parecía ser capaz de tomar aire. Los otros niños en su vecindario de Meriden jugaban corre que te pillo y escondite hasta que estaban sin aliento. La mayoría de sus amigos se levantaban y seguían corriendo después de descansar por unos cuantos minutos, pero Santos Torres se sentaba en el piso y tosía.

Después de ser oficialmente diagnosticada con asma a los seis años, Santos Torres tuvo que estar más pendiente de su ambiente y el posible impacto en su respiración.

“Me encantaba jugar afuera. Jugaba afuera todos los días, pero me enfermaba con tanta facilidad y me dolía cuando corría afuera por un rato”, dijo. “Yo creo que esa fue la razón principal por la cual mis padres programaron una cita”.

Según el Departamento de Salud Pública estatal, Santos Torres es sólo una de aproximadamente 450,000 residentes de Connecticut que viven con asma.

Se calcula que uno de cada 13 americanos vive con asma, haciendo que esta sea una de las más comunes condiciones crónicas a nivel nacional. Sin embargo, la información nacional y estatal presenta diferencias raciales significativas en el diagnóstico, las hospitalizaciones, las visitas a la sala de emergencia y las muertes por causa del asma.

Según un reporte de 2020 por el Asthma and Allergy Foundations of America, las personas de raza afroamericana tienen casi dos veces más probabilidad de tener asma que los americanos de raza blanca. También están cinco veces más propensos a visitar la sala de emergencia y tres veces más propensos a morir por la condición. El reporte también notó que los puertorriqueños tienen la tasa más alta de asma, comparada con cualquier otra raza o grupo etnico.

En Connecticut, los residentes de raza negra o los latinos tienen la tasa de prevalencia de asma más alta, con un 20%, comparado a un 14% en residentes de raza blanca, reportó el departamento de salud pública de Connecticut.

La Dra. Sanaz Eftekhari, Vicepresidenta de Asuntos Corporativos e Investigaciones para el Asthma and Allergy Foundation of America, explico que las comunidades de color alrededor de los Estados Unidos son mas propensas a desarrollar asma por su proximidad a la contaminación del aire.

“El asma es muy afectado por el ambiente externo de una persona. Tal como su vivienda, el acceso a mejor calidad del aire en las escuelas, la contaminación del aire alrededor de su casa… todas estas cosas son afectadas”, dijo Eftekhari.

¿Por qué algunas personas tienen asma más severa?

El Mayo Clinic define el asma como una condición crónica que causa que las vías respiratorias se estrechen, inflamen o produzcan un exceso de mucosidad. Este estrechamiento causa dificultad respiratoria, resultando en más tos, silbido y dificultad respiratoria. Algunos posibles desencadenantes incluyen humo de cigarrillo, contaminación del aire, productos químicos, el polvo, moho, polen y las mascotas.

La gravedad de los síntomas y las complicaciones varían de persona a persona, pero los casos más extremos pueden interferir con las actividades diarias o llevar a un ataque de asma casi fatal. 

Por ejemplo, algunos pacientes pueden sufrir daños permanentes si su asma continúa sin tratamiento y sin control, dijo el Dr. Mario Perez, médico de atención crítica pulmonar y profesor adjunto de medicina en UConn School of Medicine.

“Los pacientes pueden desarrollar enfermedad obstructiva permanente, similar a la que desarrollan los fumadores”, él dijo.

La causa directa del asma y su impacto dispar en las comunidades minoritarias todavía está siendo analizada, pero Perez comentó que normalmente es “multifactorial”. Dijo que los factores genéticos tienen un pequeño papel en la prevalencia del asma, pero el medio ambiente de la persona y la exposición a la contaminación son los factores que más influencian el diagnóstico.

Perez añadió que los pacientes con asma pueden tener menos síntomas y ataques según avance su edad. Sin embargo, los síntomas pueden presentarse de nuevo en el futuro si la persona está expuesta continuamente a un desencadenante.

Santos Torres fue oficialmente diagnosticada a los seis años, pero su madre, Raquel Torres, comentó que su hija comenzó a presentar síntomas de asma cuando tenía tres años de edad. A los seis años, los médicos la diagnosticaron inmediatamente y mandaron a la familia a su casa con un nebulizador, una bomba para el asma y medicamentos, los cuales estaban cubiertos por el seguro del estado. 

Aunque el tratamiento ayudó, Torres estaba preocupada ya que algo tan simple como una brisa fresca podría desencadenar un ataque de asma. Añadió que tuvieron que llevar a su hija a la sala de emergencia a los cuatro años por su asma.

“Teníamos que tener mucho más cuidado con [Santos Torres] y siempre teníamos que cubrirla bien”, ella dijo. “Cuando le [daba un ataque] durante la noche, tenía que llevármela a mi cama para calentarla”.

Santos Torres dijo que sus padres se sentaron con ella a hablar acerca de su asma, sus desencadenantes y lo que tenía que hacer cuando tuviera un ataque de asma. Ella tenía que llevar su inhalador con ella y se memorizó el plan de acción. Su escuela también tenía un inhalador extra y un plan de acción en caso de que a Santos Torres le diera un ataque de asma.

“Cuando íbamos a caminar afuera en la escuela, me tenía que llevar mi [bomba de asma] conmigo. Durante el recreo, no podía jugar corre que te pillo”, dijo Santos Torres. “Solo me quedaba en el columpio mientras mis amigos jugaban en la cancha. Yo tenía que tener mucho más cuidado”.

Faltar a la escuela por estar enferma se convirtió en una rutina para Santos Torres. Ella comentó que inicialmente comenzaba con congestión nasal, la cual empeoraba durante la noche. También estornudaba constantemente y le daban migrañas.

“Cuando me enfermo, es muy, muy malo y no puedo hacer mucho porque es tan constante”, ella dijo. “Me pongo muy, muy complicada”.

Santos Torres, ahora una joven adulta, no sufre de tantos síntomas de asma, pero recuerda el pánico que sentía inmediatamente que empezaba a sentir el principio de un ataque de asma.

Sus ataques ocurrían más frecuentemente durante el invierno porque sus desencadenantes eran el aire frío, la lluvia y el polvo. A veces el hacer “actividades arduas” afuera por largo tiempo, como correr, también puede desencadenar un ataque de asma.

“Se siente como si algo bien frío y agudo entrara en sus pulmones. Muchas veces, intenta respirar, pero se retrasa y no puede hacer lo que sus pulmones están intentando hacer. Se le hace difícil funcionar”, dijo Santos Torres. “Es aterrador porque aunque no es común, las personas pueden morir de estos ataques de asma”.

Contaminación exterior

Ruth Canovi, Directora de Defensa de American Lung Association, dijo que la contaminación del aire desempeña un papel importante en el impacto mayor del asma. 

Según el reporte de 2023 del Estado del Aire por American Lung Association, más de uno de cada tres americanos viven en lugares con niveles de contaminación del aire no saludables. Sin embargo, las comunidades de raza negra y latina son cuatro veces más propensas a enfrentar inequidad a contaminación del aire que las comunidades de raza blanca.

Canovi explicó que demasiada exposición a la contaminación del aire puede causar problemas de salud de corto y largo plazo.

“La contaminación del aire es un problema ambiental, pero en verdad es un serio problema de salud pública, el cual debemos abordar”, ella dijo.

Según Canovi, dos contaminantes primarios aumentan las posibilidades de desarrollar asma o empeorar los síntomas --la contaminación por partículas o el ozono. 

La contaminación por partículas aumenta cuando hay pequeñas partículas en el aire que pueden ser inhaladas. El tamaño de la partícula depende del origen de la contaminación, tal como los autos de gasolina, los camiones diesel, las fábricas y la combustión de madera. Cuando los niveles de contaminación están altos, el aire se ve espeso y borroso.

Canovi explicó que hasta los mínimos aumentos en contaminación por partículas pueden tener serias consecuencias.

El reporte encontró que la exposición a corto plazo a estas partículas pueden aumentar las admisiones al hospital y a la sala de emergencia para las personas con condiciones cardiacas y pulmonares crónicas. También pueden irritar el asma en niños, lo cual resulta en más ataques de asma y hospitalizaciones.

La exposición a largo plazo también aumenta la probabilidad de desarrollar diabetes, ser diagnosticado y morir de cáncer del pulmón y aumenta el riesgo de desarrollar demencia.

La contaminación del ozono por lo general se forma en los niveles bajos de la atmósfera, lo cual permite que el ozono se mezcle y se caliente con otros contaminantes. 

Canovi dijo que esta mezcla puede dejar el equivalente de una “quemadura de sol en los pulmones” cuando se inhala.

En Connecticut, el departamento de salud pública identificó a Waterbury, Meriden y New Haven como las ciudades con los índices más altos de visitas a la sala de emergencia debido a las altas emisiones de óxido de nitrógeno en los últimos cinco años.

“Hay muchos problemas sistémicos alrededor de temas de vivienda y la ubicación de las autopistas y las plantas de energía. Aumenta la exposición, especialmente a los vecindarios de bajos ingresos”, dijo Canovi.

Contaminación interior

El aire interior también puede contribuir a la prevalencia del asma, especialmente en las escuelas, dijo Eftekhari.

“El asma impacta la respiración, así que en verdad, es la parte más necesaria de la vida y puede impactar a todo lo demás”, dijo Eftekhari.

Ella explicó que el asma es una de las condiciones crónicas más comunes en los niños. Si las escuelas no tienen ventilación adecuada o no se limpian regularmente con productos certificados para personas con alergias, pueden causar ataques de asma a los estudiantes. Adicionalmente, los autobuses están comprobados ser una causa mayor de contaminación.

Eftekhari añadió que la pandemia creó una conversación similar acerca de la importancia de la calidad de aire interior de las escuelas.

“Hay muchas áreas dentro y alrededor de las escuelas que puedan exponer a los niños, los estudiantes y el personal a los desencadenadores de asma”, ella dijo.

Según el Departamento de Salud Pública, el 13% de los estudiantes en Connecticut reportaron tener asma. Aproximadamente el 21% de los estudiantes reportaron tener asma en las escuelas públicas de Meriden, comparado al 11% en Wallingford y Cheshire y el 13% en Southington.

Y mientras la información presenta que el índice de asma en las escuelas de Meriden es desproporcionadamente más alto, comparado con distritos similares, no es tan alto como era antes. Stephanie Denya, Directora Adjunta de Salud de Meriden, explicó que el índice de asma en Meriden ha disminuido en los últimos cinco años.

“El COVID ha aumentado la conciencia del asma significativamente como también la importancia del seguimiento con los médicos, el tomar los medicamentos como es indicado y la prevención de los desencadenantes”, ella dijo.

También se pueden encontrar una variedad de desencadenantes en el hogar. Como parte del programa auspiciado por el estado, llamado Putting on AIRS Asthma Education Program, Anne Bernick, Enfermera de Salud Pública de Wallingford, visitó varios hogares alrededor del pueblo para ayudar a identificar y abordar los posibles desencadenantes del asma. Los más comunes son los ácaros del polvo, el fumar de los padres, los productos de limpieza, las velas, el moho, los perfumes y los detergentes para ropa.

‘No ha terminado’

Santos Torres estaba en TikTok cuando aprendió por primera vez que las personas de raza negra y latina son más propensas a tener problemas de salud que las personas de raza blanca, debido a su ambiente. Después de ver el video, Santos Torres investigó con mas profundidad las causas y el impacto de estas desigualdades en las comunidades de color. Ella dijo que la mayoria de su investigacion se enfoco en la segregacion y la colocacion de las fabricas y su proximidad a las comunidades de color.Así que cuando le asignaron un ensayo para el Hicks Speaking and Writing Contest en Platt High School el año pasado, Santos Torres supo que tenía que compartir lo que acababa de aprender.

Tituló el ensayo “No Ha Terminado” y escribió a cerca de las diferentes formas de injusticia ambiental y resaltó algunas de las mayores causas de inequidad. Despues describio como todos estos factores impactan a las comunidades de color de manera desproporcionada.

Por ejemplo, Santos Torres describió como su familia en Puerto Rico no puede tomar agua directamente del grifo. También nombró a algunos jóvenes defensores de justicia ambiental, los cuales están batallando para obtener el derecho a agua limpia para los residentes de Flint, Michigan. 

“Hoy, el mundo carece de justicia en las comunidades que sufren el racismo ambiental. Desde el aire contaminado hasta el agua y la pobreza, estas personas están pasando por asuntos que no se están discutiendo lo suficiente”, escribió Santos Torres.

Su ensayo ofrece soluciones para abordar la injusticia ambiental, inspirada por el trabajo que ya se está llevando a cabo en otros estados. Por ejemplo, San Francisco creó un programa de entrenamiento de paisajismo en comunidades de pocos recursos para promover el empleo y mejorar las comunidades. Santos Torres escribió que este programa se puede usar para sembrar nuevos árboles y combatir la contaminación del aire en Connecticut.

Aunque el ensayo se enfocó en la injusticia ambiental, Santos Torres quiso usar su experiencia como una puertorriqueña negra viviendo con asma como ejemplo de cómo la condición puede impactar el bienestar físico y mental de una persona. Ella comentó que inicialmente tenía miedo de compartir sus experiencias, pero finalmente consiguió que el proceso de escritura fue muy inspirador.

“Comencé mi ensayo con mi asma porque pienso que no se discute lo suficiente. Frecuentemente se ignora”, Santos Torres le dijo. “No se discute tanto, aunque es algo muy común con efectos muy serios”.

cvillalonga@record-journal.com203-317-2448

Cris Villalonga-Vivoni, reportera de la Equidad de Salud, es miembro del corresponsal de prensa con Report for America, un programa de servicio nacional que coloca a periodistas en salas de prensas locales. Apoye a los reporteros de RFA en el Record-Journal por medio de donaciones al https://bit.ly/3Pdb0re.Para aprender más acerca de RFA vaya al www.reportforamerica.org.

Traducción por Lizandra Mejías-Salinas, Comunidad Hispana de Wallingford.



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